La Pasiflora es también conocida como pasionaria o flor de pasión y es un ingrediente muy utilizado en la gastronomía guatemalteca.
¿Qué otros secretos esconde esta planta?
Existen muchas variedades de pasiflora y en Guatemala el fruto recibe el nombre de granadilla, por la asociación que vieron los españoles con el fruto de la granada.
El fruto también es conocido como Maracuyá en Brasil y parchita o parcha en Venezuela.
La especie es nativa de Mesoamérica y de la región noroeste de América del Sur, por ello es una planta conocida en países como México, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá, Venezuela, Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú.
En Guatemala es común encontrarla en las regiones montañosas de Alta Verapaz, Baja Verapaz, Jalapa, Sacatepéquez, Suchitepéquez, Huehuetenango, Quetzaltenango y San Marcos.
Sobre su nombre
El nombre «flor de la pasión» se originó por la asociación que vieron los españoles de los elementos de la planta con la corona de espinas, los látigos y las hojas con su forma alargada como de lanza que representan la pasión de cristo, además que la floración ocurre en la época de Semana Santa.
La pasiflora también es una planta medicinal con muchos principios beneficiosos para la salud y se utiliza para la preparación de infusiones y tinturas que sirven para combatir la ansiedad, el nerviosismo y el insomnio.
Entre los principales usos de la pasiflora en la cocina guatemalteca puede encontrar que su fruto sirve para la elaboración de mermeladas, ensaladas de frutas y sobre todo para los zumos y jugos. Asimismo sirve para preparar algunas salsas.
El fruto se come crudo y su pulpa es de sabor muy agradable. El juego elaborado con el fruto se utiliza para refrescos y helados. En Huehuetenango durante la época de cuaresma (Semana Santa) se acostumbra consumir el fruto entero sin cáscara con miel y se prepara con otros frutos de temporada.