
A finales del siglo XVI, en Guatemala fue creado este delicioso platillo, el fiambre, que es una mezcla de vegetales y embutidos, cuyo origen remonta a una leyenda que narra que para complacer a un rey español, los sirvientes unieron las carnes, las verduras y le agregaron el líquido de los ingredientes, adornando el plato para impresionar al monarca; quien quedó tan satisfecho que declaró que ese platillo de ese momento en adelante sería la comida tradicional para el 1 de noviembre de cada año.
Existe otra versión sobre el origen del fiambre. Según una leyenda guatemalteca, una familia recibió inesperadamente una visita a mediodía y los sirvientes, al percatarse que no había suficiente comida, juntaron todas las sobras de comida del día anterior; las colocaron artísticamente sobre una bandeja, resaltando las carnes, los huevos, las verduras, los embutidos y los quesos, para luego rociarlas con los caldos de la verdura, el pollo y la gallina, dando origen al fiambre.
Según algunos historiadores, cada componente del fiambre tiene un significado que va unido al día de Todos los Santos y por eso se come en esa fecha. La carne representa a las personas fallecidas, mientras que las verduras simbolizan a las personas que aún están vivas, los caldos representan la sangre y la lechuga, que se coloca como base, es la unión de todo. Por eso cada 1 de noviembre para celebrar el día de Todos Los Santos se prepara este exquisito platillo.